Zonificación y otros problemas sanitarios (28 de agosto de 2008)

 

Con la rigidez más absoluta, como si de un país de la antigua órbita comunista se tratara, las autoridades sanitarias han decidido poner en marcha algo que existía desde hace años pero que se llevaba con cierta elasticidad, zonificar los hospitales de la isla. Me refiero a los que denominan de tercer nivel, o sea, a los dos grandes hospitales. Porque a los pequeños, de momento, seguimos sin verlos. De forma que, desde hace un par de meses, a los habitantes de cada zona de la isla le corresponde ingresar en un hospital y solamente en uno. Si usted vive en  el norte o en La Laguna los hará en el “Hospital” (HUC) y si lo hace en la zona sur o en Santa Cruz, lo hará en “La Candelaria o Residencia”(HUNSC). A partir de ahora, si a usted vive en El Ortigal o en La Matanza, se le ocurre tener un accidente en la zona sur y es trasladado al hospital más cercano, o sea, el HUNSC será, una vez estabilizado, trasladado al HUC para que continúen allí con su asistencia. Y lo contrario le ocurrirá si viviendo en la vertiente sur, en La Medida, pongamos, tiene la ocurrencia de sufrir un infarto de miocardio en la zona que corresponde al HUC. No llego a entender qué beneficios obtendremos los usuarios con dicha zonificación, pero hasta hace pocos años, cuando se hablaba de las maravillas del sistema, una de esas maravillas era la libre elección de médico y otra la libre elección de hospital. Algo ha cambiado que no nos ha sido explicado, porque ambas maravillas han sido eliminadas de un sistema sanitario canario cada vez más burocratizado, rígido e ineficaz.

Pero donde llega a ser caótica la situación es en los llamados Centros de Especialidades. Estos centros son atendidos por los denominados facultativos especialistas de área (FEA en el argot médico, cosa que cuando se es mujer no sienta nada bien, creo) que son médicos de los hospitales de referencia que algunos días a la semana se deberían desplazar a estos centros para atender a los pacientes de la zona. Pero he aquí, que como este desplazamiento a las trincheras no es del agrado de la mayoría de los especialistas hospitalarios, más predispuestos al fuego artillero, éstos hacen lo posible por no hacerlo, con lo que cada servicio se ha visto obligado a crear un sistema de rotación que hace que al paciente rara vez lo vea el mismo médico y todos sabemos la desconfianza que a los usuarios les produce este sistema del “hoy tu y mañana yo”, con historias clínicas e informes con ilegibles letras y algunas veces con distintos criterios profesionales.

A todo este desbarajuste se pretende poner solución con rígidas normas, como la zonificación o la rotación, que sólo conducen a la insatisfacción de profesionales y usuarios, y, a la larga, a un peor funcionamiento del sistema.

 

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© Francisco Suárez Trénor