La Cultura (28 de junio de 2008)

 

Este periódico me ha invitado a escribir una columna de opinión. Una columna de cultura, me dicen, sin añadirle apellidos -general o popular son los más habituales- y me ha dejado dándole vueltas a la idea durante unos días. No digo que no he podido dormir porque con esto de la apnea del sueño que padezco, ando dando cabezadas a cada rato. Algún día les contaré anécdotas al respecto si es que el periódico continúa dándome su confianza y ustedes leyéndome. Y es que uno a veces tiene conceptos erróneos que conviene repasar.

¿Qué es la cultura? A mí, dueño de unos modestos conocimientos medios, se me antojaba hasta hace unas horas como algo aburrido, posesión de unos individuos no menos aburridos, dueños a su vez de un concepto casi tan abstracto como el de la propia cultura: la intelectualidad. Los intelectuales. Esos individuos autosuficientes, ególatras, grises en su mayoría, de lenguaje críptico y generalmente subvencionados por las instituciones públicas, que se reúnen en lóbregas tertulias decimonónicas para hablar entre sí de ellos mismos -de sus pecados y de sus obras- y de los personajes de la mitología y de la historia romana o griega. Esos individuos que cuanto menos se les entiende más parece que deberían ser admirados por usted y por mí, si es que quisiéramos ser aceptados en su conciliábulo.

Pero hoy, al enterarme de que Google, el maravilloso buscador de Internet, ha sido galardonado con el premio Príncipe de Asturias de la Comunicación decidí celebrarlo utilizándolo para buscar en la página Web de la Real Academia la definición de Cultura. Y, ¡eureka! Esta noche, o mejor esta tarde, mientras me siente a ver el Telediario o Pasapalabra, podré dormirme tranquilo. Cultura, sin apellidos, es según el diccionario de la RAE y entre otras acepciones una de estas dos posibilidades:

a) Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.

b) Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.

Acepto el reto. Según la Real Academia de la Lengua soy culto y en esta isla hay cultura. Escribiré esa columna. Será cuestión de utilizar a para interpretar b.

Disculpen mi atrevimiento.

 

 

©Francisco Suárez Trénor

 

 

 

Samarcanda (Posterior)

 

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